8/1/12

NAVIDADES



VIENTOS DE CAMBIO EN ESTA NAVIDAD
(TocalaotravezSam)


No temáis, no me refiero a la política cuyos vientos ya soplan llevándose por delante muchas cosas, muchas más quizás de las que hubiésemos deseado. No, no quiero hablar de eso ahora, quiero hablar de nosotros, de nuestro grupo, y de cómo se obró una especie de milagro que nos ha mantenido unidos durante tantos meses, durante tanto tiempo.

Y es que si lo pensáis bien, si reflexionáis sobre ello con calma, despacio y trayendo al presente lo que ocurrió, lo que tuvo que pasar para que gentes tan distintas, de tan distintos sitios, de distintas edades y condiciones y tan dispares en cultura y conocimientos y sin embargo tan coincidentes en un objetivo, en una idea, en una manera de entender las relaciones, los comportamientos, el amor, en definitiva: la forma de entender la vida en sí misma; nos uniéramos para portar una bandera, un estandarte que no solo representaba a una chica joven tan guapa y tan rabiosamente natural y auténtica que hizo que gentes tan dispares formásemos el mayor grupo de apoyo, el más activo, el más radical y combativo que nunca antes jamás se había dado en pro de una concursante de la televisión.
Indhira no hizo nada antinatural, no forzó las situaciones, no fingió, no simuló y no se dejó guionizar, tan solo se mostró como era ella y esto, aparentemente tan sencillo, es lo que otros jamás consiguieron y esa naturalidad que brotaba por sus poros, rabiosa y radical naturalidad, fue la que nos conquistó a todos.

Ella nos dio un espacio, nos lo regaló y fue el regalo más maravilloso que podíamos esperar. Un lugar de encuentro de todos nosotros, una casa común que defendimos con uñas y dientes contra los indeseables y amargados que querían contagiarnos eso, su amargura. Un lugar donde reímos y lloramos a partes iguales, donde la seguimos en sus alegrías y en sus desesperaciones, en sus amores y en sus decepciones, un lugar que se llenaba de gente mañanas, tardes y noches y que reía y lloraba cuando ella lo hacía, que se emocionaba con sus imágenes, que comentaba sus vestidos, sus peinados, el rojo de sus labios… y que armaba bucles increíbles por la sencilla razón de que todo giraba en torno a ella. Un lugar que fuimos haciendo nuestro a medida que pasaba el tiempo y que era paso casi obligado en nuestra vida, en nuestra rutina, y si por cualquier circunstancia un día alguien no podía entrar se le echaba en falta, se le recordaba y se le enviaban deseos de que nada malo le estuviese pasando, y si por casualidad era uno mismo el que no podía acudir a la cita, lo echabas en falta, lo añorabas y estabas deseoso de que corrieran las horas para que un nuevo amanecer te posibilitara entrar a charlar con los amigos.

En ese blog, en esa casa, dejamos horas y horas de nuestra vida, en él dimos rienda suelta a nuestra creatividad, a nuestras habilidades, cada uno con la suya y aportando cosas, cada uno con lo que podía y sabía. En ese blog nos dejamos los ojos colgando fotos, haciendo videos, poniendo enlaces de campañas humanitarias, hicimos maratones imposibles, colgamos escritos y poemas, pusimos mil y una canciones, abrimos plataformas tan insensatas que nos hicieron reír. Allí celebramos mil cumpleaños, nos emborrachamos de mojitos y whiskys virtuales, desayunamos cruasanes con café caliente en los días de frío real y refrescos atiborrados de hielo en los días de calor, también real. Nos disfrazamos y celebramos la Navidad y allí mismo fuimos diciendo adiós a muchos que se fueron.
El blog ha sido parte de nuestra vida, una parte muy importante y aunque a veces uno intenta mantener cierta distancia con respecto a las relaciones que surgen en Internet, lo cierto es que el roce provocó el cariño y aunque de distintas ciudades y posteando desde sitios tan distintos y sin saber a ciencia cierta cómo sería él o qué aspecto tendría ella, uno podía sentirlos muy, pero que muy cerca.

Tan conquistado teníamos el espacio y tan acotado a nuestros gustos y aficiones, que llegó un momento en el que el motivo principal por el que estábamos allí se convirtió casi en accesorio por culpa de las relaciones que con tanta intensidad manteníamos día tras día y noche tras noche, relaciones tan divertidas y que nos llenaban tanto nuestra propia vida que parecía que todo lo demás no nos importaba. Pero el caso es que Indhira seguía existiendo, ella seguía buscando un hueco en ese mundo tan difícil de la televisión, ella intentaba meter la cabeza en algún sitio sin que las ruedas de molino, los carros y las carretas ni las píldoras amargas la hicieran hacer cosas que no deseaba. Ella intentaba buscarse un futuro en ese mundo pero no a cambio de todo aquello que tanto nos había entusiasmado, no a cambio de perder sus principios ni su forma de ser, no a cambio de dejarse la piel y trozos de su corazón en el intento. Ella buscaba, anhelaba otra cosa, otro espacio bien distinto y que no llegaba y que no llegaba y que los ingresos disminuían y que pasaban los días y el puto teléfono que no sonaba… y mientras tanto nosotros, ajenos a esas estresantes circunstancias, seguíamos con nuestro blog tan contentos reclamando más blog, más post, más bucles…

Nada nos debe Indhira, nada, ni se ve obligada a nada, por el contrario somos nosotros los que le debemos todo a ella, absolutamente todo, pues gracias a ella y al espacio que de forma tan generosa nos regaló, hoy conocemos a gente que antes no conocíamos, tenemos amigos que antes no teníamos y hemos establecido relaciones con gente tan alejada de nosotros, tan en la distancia, que en otras circunstancias hubiese sido imposible el poder hacerlo.

No sabemos que será de nosotros, desconocemos lo que será de Indhira y lo que hará o dejará de hacer pero sea lo que fuere, dentro de algunos años todos y cada uno de nosotros recordaremos que una vez existió una chica joven y guapa que nos atrapó por su naturalidad y que nos dio un espacio, un blog, en el que fuimos muy felices. Quedémonos con esto.

Voy a aprovechar éste escrito para desearnos a todos vosotros una muy FELIZ NAVIDAD y un año nuevo cargado de cosas buenas que borren de un plumazo todas las malas de éste, y también voy a deseárselo a ella, a Indhira: Ojala que el nuevo año te traiga nuevos proyectos y nuevas ilusiones, pero sobre todo y pase lo que pase: GRACIAS INDHIRA POR TODO, MUCHAS GRACIAS DE TODO CORAZÓN.


(Lunanuevaever)


(Yettymat)